Fue Sócrates el que dijo que una vida no meditada era una vida desperdiciada. Así es que desde entonces en Occidente no paramos de darle al magín pensando y pensando. Sin embargo, hay algo en su historia que me hace sospechar que puede haber gato encerrado. Su esposa Jantipa, que por cierto era bastante más joven que él, es recordada como una persona sumamente antipática, incluso desagradable. Esto me hace pensar que quizá el maestro no fuese muy buen "esposo" detrás de tanto darle al tarro, y que la pobre Jantipa, también quizá, estaría hasta el moño del sabio, y en estado de "carencias múltiples". Es decir, que aquí la pobre era ella, y no él, y dos mil quinientos años de machismo no han hecho más que machacarla todavía más. A saber, que el mundo de la pareja era y sigue siendo un misterio que ni el mismísimo Sócrates, piensa que piensa, lo hubiese resuelto aunque hubiese vivido todos estos siglos.
Jantipa echándole un orinal a Sócrates (¿Qué le debería haber hecho para merecer esto?)
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