Catalunya Música me acompaña en mis viajes matutinos y hoy me ha regalado unas variaciones Goldbeg por
Pierre Hantai. No eran todavía las ocho y un cielo espléndido y enrojecido se mostraba ante mí. ¡La música absoluta de Bach reflejada en este amanecer! El coche ha rodado ligero con el tempo lento que Hantai imprime a su interpretación; al fondo, el
Montseny me ha parecido una montaña dorada.
El Montseny
La gran atracción de Bach es que no tiene dudas, es un creyente acérrimo de un universo perfecto, circular, que con su arte deja entrever. Ahora, que vivimos fisurados, quedar arropados por él es un bálsamo adictivo.
Espero el día que mis vacilaciones se diluyan en una armonía bachiana, que lo relativo deje de vagar inconsistente, y una fuga moébica resuene sin fin.
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