sábado, abril 29, 2006

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Dolor

Una mañana, medio dormido como siempre, estaba afeitándome y un pensamiento como entre nebulosa se apoderó de mí. Todo era relativo, todo debía ser relativo. Los pensamientos y enjuiciamientos de todos los hombres no dejaban de ser relativos. Y así me fui afianzando en una seguridad total y absoluta (no relativa) de que todo es relativo. Hasta que ..zas!!! Me corté con la maquinilla de afeitar, y qué dolor. Aquello sí que no fue relativo, era de una certitud absoluta. El dolor, aún en su subjetividad, no es relativo. Así, en el estar de las cosas, todas ellas relativas hay como mínimo una que no lo es.
Pero aquí aparece un gran dilema, las cosas no son, fluyen. Nosotros somos actores, fluimos, hacemos, ejercemos, realizamos, creamos y en todo este quehacer nunca hay nada que sea relativo, porque todo aumenta o disminuye….. el dolor.
Así es que nos movemos o navegamos entre dos aguas, entre el ser y el fluir, con un solo horizonte………………….

jueves, abril 20, 2006

Síntesis

¡Qué tendencia a dejar los asuntos sintetizados! ¡Qué necesidad imperiosa de encerrarlos enteros en una caja pequeña de una o pocas palabras! Incluso al morir sintetizamos la vida: ¡Culminó sus objetivos! ¡Escribió un libro! ¡Plantó un árbol! Y qué decir de las emociones, sobre todo si de la tristeza se trata. La síntesis de lo que nos ha llevado a ella parece que una vez conseguida, nos liberará precisamente de ella, la tristeza. ¿Y si fuera más cierto o más humanamente verdadera la desconsolada y nunca acabada llorera de las plañideras, aún sabiendo que es teatro?

Sintetizar es una manía, obsesiva, y como tal obsesión nos produce ansiedad, obligando a acabar las cosas, y cerrarlas. Ese reduccionismo constante nos impide ver y vivir la amplitud del escenario de la vida.

Y si no es cierto, valga este escrito, que mientras lo hice (sintéticamente) me perdí el paso del aire primaveral por mi ventana.

miércoles, abril 12, 2006

¿Qué mas da estar delante del espejo o en él?
La emoción de su mirada. Por lo demás, nada más.

El espejo de Manet

lunes, abril 10, 2006

Recuerdos y estrellas fugaces

Cada vez que recuperamos un recuerdo lo contextualizamos, y lo guardamos de nuevo algo modificado. De esta manera al cabo de un tiempo de repetir la operación, el recuerdo actual se parece menos al recuerdo inicial. Es como si a una estrella le saliese una cola que puede tener un brillo y prestancia mayor que ella misma. Y del recuerdo inicial, queda eso, un recuerdo.
Por eso las autobiografías son siempre distintas, no sólo por que se evalúan los hechos de forma diferente, sino por que los mismo hechos se recuerdan diferentes.
¿Y qué queda de todo ello? Un pensamiento sutil, acuoso y huidizo.

domingo, abril 09, 2006

La pregunta

¿Para qué? ¿por qué? ¿cómo? ¿cuando?
y, ¿si no sirviesen para nada, o realmente importa un comino?
Diga lo que quiera......., pero no deje de tocarme. En esto no hay rebajas.