domingo, junio 18, 2006

Cosas varias juntas hacen una historia


Ayer por la noche fui a una cena de trabajo, de esas que se hacen una o dos veces al año, y escuché la siguiente anécdota:

Iba un día un cazador de estos de caza mayor, de los que llevan fusiles con mira telescópica, ataviados de safari total, con su pañuelo en el cuello y su gorro a lo Indiana Jones. Pues bien, como decía, iba por el Amazonas y llegó a un poblado de mañana temprano, en la entrada del cual, sentada una mujer indígena vendía frutos tropicales varios. Nuestro cazador europeo se dirigió a la mujer indígena y le dijo que le compraba toda la fruta, que se la llevaba al campamento. La mujer se lo miró y le dijo que no, que sólo algunas piezas de cada. El hombre europeo no entendió que no le quisieran vender toda aquella producción, al precio más alto. Y volvió a increpar a la mujer indígena:
-¿Porqué no me quiere vender toda la fruta?
Finalmente la mujer indígena le dijo:
-Porque ¿qué haría yo todo el día sin fruta para vender?

El hombre europeo se alejó pensando que los indígenas nunca llegarían a nada y la mujer se quedó sentada pensando que el hombre europeo nunca entendería nada.




Removiendo papeles antiguos hoy, he encontrado esta foto del Mar de Las Seychelles que recibí de un paciente, realizada por él mismo, y que en el reverso dice:

“Perquè el fet de no ser estimat és només qüestió de mala sort, i en canvi no estimar es una desgràcia”. A. Camús

...He estimat als homes i les dones i la natura i l’esport i la literatura i la fotografia. Hi ha hagut dintre meu una necessitat imperiosa d’estimar aquelles persones o coses, que m’han ajudat a fer planera la meva existència fins ara als 89 anys.

Salut i pau, avui i sempre. Sincerament J. Rosell

(Allá por 1994)

Cada día nos brinda más de una ocasión para percibirnos de nuestra naturaleza ambivalente…

2 comentarios:

Enric Oller dijo...

En estas dos historias aparecen los siguientes personajes:
El cazador. La indígena. El Sr. Rosell, Albert Camús y el relator que puede ser o no el que escribe la nota. Además aparecen los posibles lectores y entre ellos el comentarista.
Los escenarios son el Amazonas, las Seychelles, Europa, un restaurante, un cajón con papeles.
Los ambientes culturales son el indígena amazónico, el europeo, el francés, en el marco lingüístico castellano y catalán.

Todos estos elementos, a primera vista muy inconexos, combinados nos dan referencia a estados de conciencia distintos, el del cazador, la indígena, Albert Camús, el del relator, del escritor, del Sr Rosell, y de mi mismo.

Y con todo esto ¿Podemos realmente sintetizar? ¿Estamos legitimados para ello?
¿Podemos decir que la postura de la indígena es mejor que la del cazador? Y lo que dice Camús, ¿no es un juicio de valor sin más? El texto en sí ¿no está redactado de forma que el cazador no caiga simpático? No será que el texto de la forma que está estructurado no contiene ya un juicio de valor? El Sr. Rosell, ¿ no se estará maquillando a sí mismo (en todo caso tendría el atenuante de la edad)? Y el lector, ¿porqué somos tan poco críticos cuando se nos quiere vender la moto?

Ninguno de los personajes hace referencia explícita a la belleza y sólo la foto nos traslada a un momento bello. Quizás esta era la única puerta de entrada lícita, y fue el Sr. Rosell el único que lo entrevió. Y quizás también el escritor que nos la muestra, y quizás yo también que la valoro. Y quizás la indígena también la valoraría, y quizás también, y por que no, el cazador la podría valorar.
Y aquí si que puede caber una síntesis. Nuestra capacidad de emoción ante lo bello.

Cordialmente

Yo mismo

Anónimo dijo...

Mi capacidad de emoción ante lo bello se ha visto truncada al no agrandarse la foto cuando la he "clicado".
Enric, cuida l'enllaç amb la foto, que no surt.
Moltes felicitats pel teu blog i gràcies per donar-nos uns moments de reflexió. Una abraçada.