Me han dicho que te has ido ya. Eras el más joven de la clase y te ha tocado a ti abrir el último camino. Años de juegos infantiles, luego adolescentes y un largo silencio mutuo después, solo interrumpido en dos ocasiones, una noche de reencuentro y otra al inicio del último verano. Entonces casi pudimos redescubrirnos en la esfera más íntima, tú por debajo de tus gestos y yo de mi máscara. Siempre hemos sabido que estábamos ahí, y hacía tiempo que habíamos comprendido que a pesar de las aparentes diferencias, la materia de ese suelo era semejante. Conocerte lo he hecho a través de mi, había un rincón que eras tú. Creo que tú también me has conocido a través de ti. Son huellas juveniles, a veces dolorosas, pero queridas por propias, y tan adheridas que son inarrancables. Es por eso que, aunque digan que te has ido, aquí te encuentro.
Mi padre, el padre de Carlos, su madre Helena, mi madre, Carlos y yo |
No hay comentarios:
Publicar un comentario