domingo, septiembre 24, 2006

Paul Valery, Fausto y yo


Paul Valery dijo que todos deberíamos escribir nuestro propio Fausto. He aquí algunas reflexiones.....

Para mí, Fausto, es vivir dos veces, sin solución de continuidad. Vivir regido por una mente ampliamente desconectada de cualquier telúrica emoción. Una mente hierática, distante, que facilita un Fausto dictatorial, que sólo desea, sin sentir empatía por lo deseado.
Mi Fausto es un Fausto atractivo, seductor, a la vez que, -alejado-, no deja que nadie participe de su esfera realmente privilegiada. No por nada, pero es que se la ganó tras negociar con el propio diablo y, además, es solo suya.
En otro orden Mephisto carece totalmente de libertad, ligado como está a su condición siempre invariante, sin capacidad de evolución. Y creo que a Fausto le pasa algo similar. Él está excesivamente sujeto a su propio rediseño.
¿Y la emoción? Quizás la emoción es el ámbito donde se expresa mejor la libertad, porque detrás de ésta acontece una acción posiblemente comprometida, que contiene una dosis de azar, contingencia no calculable. Y Fausto sólo quedó prendado de su inteligencia, (con una emoción estudiada) y de una hermosura que fue etérea para él. Sin más.

I què patirem!!!

Videla Calcheque


Inicia su música, Atahualpa, como pidiendo perdón por el acto de romper  el silencio. Y luego, de igual manera, noble y a lo bajito, se retira para dar sus respetos al que no había dejado de estar detrás, y ahora reaparece.

martes, septiembre 12, 2006