viernes, diciembre 20, 2019

Nadala


La belleza en el azul prusia

Es encontrar la belleza en el momento suspendido de la espera, ese instante que transita de la oscuridad de la noche al azul prusia, ese que solo vemos con el frío del solsticio de invierno, ese que también hace entrever que, quizá sí, la esperanza cabe.


Azul desde mi ventana 


La bellesa en el blau prússia

És trobar la bellesa en el moment suspès de l'espera, aquest instant que transita de la foscor de la nit al blau prússia, aquell que només veiem amb el fred del solstici d'hivern, aquell que també fa entreveure que, potser sí, l'esperança és possible.



BON NADAL!!!



Pinceladas de MªAntonia, la madre de Toni












viernes, diciembre 06, 2019

La cuarta de Brahms

El despacho de casa de mis padres estaba forrado de madera y los libros ocupaban toda la alzada de las paredes. En una de ellas había instalado un tocadiscos estéreo traído desde Alemania a finales de los años cincuenta. Un Bettor Dual. Con él escuché toda la música que entró en la casa. Sentado en una butaca centrada en el despacho pasaron cientos de horas y los discos giraban y giraban sin cesar. De entre toda ella, la cuarta sinfonía de Brahms era mi preferida. Me la sabía de memoria. Me encantaba su carácter entrecortado, quebrado; era la que vibraba mejor en mi sentir. La interpretaba la Filarmónica de Berlín bajo la batuta de Karajan.  




Ese disco lo dejé de escuchar cuando a los veinticinco años, acabada la carrera, me emancipé. Quedó guardado y después de varios traslados llegó de nuevo. Hoy lo he vuelto a oír. Han pasado más de cuarenta años. Al empezar a girar estaba inquieto. ¿Sonaría bien? Lo ha hecho perfecto, con la misma calidad sonora, la de los discos de vinilo tan superior a la de cualquier otro medio, digital o informático. Sin embargo, esto no es lo que más me ha asombrado, sino verme cuarenta años más tarde percibiéndome igual que cuando era un joven veinteañero escuchando una sinfonía entrecortada. Entonces estaba a las puertas de empezar la vida profesional, ahora a las de acabarla. El disco, el mismo, las emociones, idénticas. Estos días ando leyendo las memorias de Rafael Alberti, La arboleda perdida. Dice que, … caminará hacia el mar, me tumbaré bajo retamas blancas y amarillas a recordar, a ser ya todo yo la total arboleda perdida de mi sangre. La música tiene también esa propiedad, es cómo estirarse bajo retamas estivales y revivir, traer de vuelta lo que parecía olvidado y dejar por un momento en un paréntesis cuarenta años. Pero cuando el disco deja de girar no es lo mismo; el paréntesis es ficticio porque su contenido gravita  sobre una conciencia crítica, gravitan principalmente las disonancias y en especial las propias, las únicas con capacidad para redundar. Los aconteceres, mirados a través de las propias pupilas son pesados, sobre todo aquellos que se resisten al olvido encadenados como están uno a otro, como las muñecas rusas, una dentro de la otra guardando la forma, su línea, solo quebrada la dimensión. Son el mismo espacio que aparenta multiplicarse, como ocurre con el tiempo cuando el espacio se desarrolla; pero solo es espacio. Ser el mismo y no serlo. En la forma, las líneas dibujan trazos tenues que dan idea de una figura que permanece. ¿Está viva? Reluce como un torso apolíneo, amaga el deseo y quiere mostrarse brillante. A lo largo de los años esta talla solo parece que haya respirado en un par de ocasiones. Ahora, de nuevo iluminada, todo indica que está a punto de volver a inspirar, a punto de decir, como Rilke: Has de cambiar tu vida.

Globos de Fra Josep Masana enviados al cielo de junio de 1994



En memoria de Josep Masana que nos dejó el 4 de diciembre.

domingo, agosto 25, 2019

27 de agosto de 2019

Jorge Luis Borges no le dio ninguna importancia a que su madre, por muy poco tiempo, no llegara a ser centenaria. Consideraba que los números, cifrar la vida, era algo que devaluaba precisamente la vida. Ahora, que se acerca el centenario de mi madre, recuerdo que a ella sí le hubiera gustado celebrarlo, aunque se quedó en los 93. ¡Teníamos pactada una cita y ella no estará!  Valga, pues, este escrito. Los hitos, las singularidades le eran importantes porque formaban la base sobre la que construir significados.


Encima de una Europa ensangrentada, la gripe española había posado su manto de muerte, y su madre enfermó. Sobrevivió muy debilitada, si bien pronto se embarazó por cuarta vez. Dio a luz el 27 de agosto de aquel año 1919, en una calurosa Barcelona, a Pepita Ariño Singuerlín. Poco después, el 11 de noviembre, se firmó el armisticio dando por una lado punto final a la contienda de la Primera Guerra Mundial y por otro al inicio a una nueva disposición llena de caos, inestabilidades de todo tipo y grandísimas réplicas guerreras que cruzaron todo el siglo. En este desorden varias generaciones tuvieron que construir sus vidas y encontrar sentido al obsequio que recibieron y que trasladaron a sus sucesoras. A este desconcierto se le tuvo que añadir una avalancha de nuevas tecnologías que, sin cesar, cambiaban el escenario donde vivir. El ritmo desbocado del siglo XX lo cambiaría todo, incluida la ubicación de los individuos que, de un modelo ancestral de patriarcado, hubieron de evolucionar, en el contexto de unas democracias liberales incipientes, a ciudadanos autónomos, no sin tener que admitir todas las deficiencias de los sistemas sociales.





En este contexto se tuvieron que construir nuevos relatos, nuevas historias que soportasen la asunción de la existencia inscrita en un amplio abanico que incluía desde el nihilismo hasta las revelaciones cosmogónicas judías, helénicas y cristianas.
Gunter Grass, en Mi Siglo, refleja ese transcurso  que obligó a distintas epifanías. Si hay algo que explique bien el devenir de esos años es precisamente la necesidad de renacimientos, de reajustes constantes en ese yo elusivo individual y colectivo.
Y en el trasfondo, el pragmatismo. Ahí es donde mi madre encontró un primer pie. La atención a todo lo ordinativo, porque de lo pequeño se llega a lo grande. El segundo pie lo halló en lo que desde Cervantes sabemos del relato, la novela: construir una narración llama a su cumplimiento u objetivo, a diferencia de la realidad que no tiene fin. La vida novelada erige los objetivos desde el desván del pasado para así, llamado desde el futuro, condicionar el presente.

Se casó con Luis Oller Crosiet. Con él que tuvo tres hijos, mis hermanos José Luis y Víctor, y yo.



Muy apegada a su familia, vehiculizó su afecto a través de la acción. No perdió minuto en volcarse en sus metas, aquellas que extendía a las de su familia. Cuando ésta se diluyó tras perder a su madre, a su esposo, a todos sus hermanos, se reconstruyó de nuevo para afrontar una vejez que fue larga, aunque no se le hizo larga. Dejó escrita la historia de su madre de apellido singular, también nonagenaria, dejó trazada su propio historia, la que interpretó desde la altura de sus años, y dejó firmada una novela romántica donde quedaron reflejadas las pasiones y las fidelidades humanas.

A diferencia de mi padre, ella sí conoció las aplicaciones informáticas. Aprendió a sus ochenta años a utilizarlas para sus escritos. Pasó innumerables tardes escribiendo. Conoció internet y no llegó a las redes sociales. Le hubiera gustado eso de hablar con todos a la vez. Seguro que hubiera tenido un WhatsApp con sus nietos para enviarles las fotos de sus innumerables viajes.

En las cataratas de Iguazú a los 90 años de edad.

Recorrió casi un siglo y varios continentes. Dejó clara su huella pragmática, llena de objetivos para culminar su relato; claro que alguno no se cumplió, pero solo alguno.




jueves, mayo 09, 2019

Impromptu






Sinopsis

Gracias a las redes sociales, una profesora de piano y su alumno se localizan cincuenta años después de su última clase cuando ella ya es septuagenaria y él un afamado arquitecto.  Con la oportunidad de explicarse sus trayectos vitales retoman una relación que quedó interrumpida, pero que marcó sus vidas. Las experiencias musicales, indiscernibles de las personales, serán la base del reencuentro. Un hecho inverosímil los acercará.
            Se recorre la música del siglo XX, con especial atención a los compositores catalanes.  
           Música y arquitectura, tiempo y espacio, deseo y belleza, son los ejes que subyacen bajo esta historia, una historia que se explica a través del carácter de cada uno de Los planetas de la suite orquestal de Gustav Holst.

            El texto va acompañado de una guía de audición.

lunes, marzo 25, 2019

La mala circulación: un meme patógeno

En la revista Psicosomática y Psiquiatría he publicado una editorial sobre la capacidad que tienen ciertas ideas colectivas en producir malestares somáticos. Es tanto como reconocer que nuestro cuerpo no está aislado, que el enraizamiento abarca no solo los nutrientes si no que también el mundo que construimos entre todos forjado a través de las simboligías.


Amanecer de líneas contrapuestas

Editorial: La mala circulación; Un meme patógeno






domingo, diciembre 23, 2018

NADALA 2018


Y la Navidad se hizo otra vez realidad...


Con Martín, mi nieto, hijo de Mar y Roberto


Feliz Navidad!!!


Nadala 2017

miércoles, noviembre 14, 2018

El literato expuesto y sus personajes


Tres son las situaciones a las que se enfrenta cualquier escritor en su tarea de describir: describir lo conocido, lo desconocido y lo que todavía no tiene nombre.  

Lo conocido pertenece siempre al pasado; como todo conocimiento es un saber incompleto e incierto.

Lo desconocido, lo que no tiene reflejo alguno en la memoria, es una interpretación llena de incertidumbre, un enfrentamiento contra la imaginación. Afrontar lo desconocido vestidos con el traje de la prudencia, el que hace que las incógnitas y aventuras que se encuentran en el camino tengan más posibilidades de ser superadas y, como Ulises, llegar a buen puerto, es el signo de la inteligencia humana.


Mosaico del prudente Ulises en el Museo del Bardo en Túnez

Al fin, exponerse a algo que ni se encuentra en el mundo de lo conocido, ni en el de lo desconocido, sino en ese otro que contiene lo que es ignoto, es un simple quedar al aire mecido por un vaivén vital que permitirá sobrevivir o no.

A la sombra del conocimiento parcial, el escritor describe, luce la adjetivación siempre imprecisa, siempre insuficiente. Frente al desconocimiento, el escritor hilvana causas que expliquen efectos, relatos de vicisitudes que el tiempo trae, maniobras y astucias que su protagonista sabrá sacar de sí para alcanzar su fin. 

Finalmente, enfrentado a la nada, a lo innominado, el escritor revela la relación evolutiva del personaje con su entorno, ambos interdependientes e inmersos en una historia compleja donde no caben objetivos sino situaciones, en donde el sujeto se desdibujará y diluirá. ¿Cuál es la diferencia entre la situación y el personaje? Ninguna. El personaje es la situación, la situación es el personaje.

domingo, enero 14, 2018

Patria

Recibo habitualmente la revista cuatrimestral MuseumsJournal  Berlin&Potsdam, y el último numero aborda  el relato sobre el exilio.




Me ha parecido un tema de absoluta actualidad, aunque nunca debiera haberlo dejado de ser, porque hace referencia al sentido más profundo de patria que tan importante es para una gran mayoría de la ciudadanía. Aunque para otros no sea así, como es en el caso de Pessoa para el que su patria no era un lugar, una ciudad o un país, si no una lengua, la portuguesa. El exilio se manifiesta cuando expulsado fuera de casa por motivos económicos, políticos, religiosos, sociales, o los que fuere, el ciudadano se encuentra sin posibilidad de volver. El exilio no es marchar, el exilio es no poder volver. Así se genera un sentimiento que se instaura dentro de cada uno, que no depende del lugar de donde se salió ni del de acogida. Es un desgarro en el "sí mismo". La patria, ese lugar, ciudad o país en el que se ha nacido, forma parte de cada uno, como la religión, y como ésta, la patria es personal. Ambas pueden abarcar desde un sentimiento mínimo hasta una dependencia vital absoluta, desde un agnosticismo hasta un sacerdocio. Esta patria poco tiene que ver con la Patria política –en mayúsculas– que algunos quieren convertir en bien supremo, como cuando antes una religión concreta debía ser el patrón general. Por fortuna, las sociedades modernas ya no son confesionales: caben todos, sea el color de su religiosidad el que sea. Ha sido un gran avance. Ahora solo hace falta que la sociedad deje a la patria en paz; que cada uno viva la suya, en su interior, sin querer imponerla sobre nadie. Sería impensable que Pessoa quisiese imponer su patria, la lengua portuguesa, él que creía que la ignorancia, el fanatismo y la tiranía eran los peores males. Mostrar cariño hacia la patria, –como lo hizo Smetana con su música patriótica allá por donde fluye el Moldava–,  es la expresión de un sentimiento noble que él participó con los demás hombres y mujeres del mundo.


La versión que escuché en los años 70 

Para el ciudadano actual –el que se mueve entre la dimensión pequeña de su lugar y la inabarcable e incomprensible del mundo global–, las quimeras intermedias representan el ensueño donde pueden medrar los oportunistas, los del poder por el poder.  Ojalá nadie definiera "pueblos" ni "unidades de destino" con las que el ciudadano se encontrase en deuda, perdida la gratuidad en el haber nacido. Entonces, probablemente, este ciudadano no tendría que exiliarse más y podría vivir su sentimiento patriótico, al igual que el religioso, sin amenazas.

Eclipse de luna desde mi balcón. 






sábado, enero 06, 2018

Epifanía

La realidad, activador del pensamiento


Un año más han vuelto los Reyes, aunque en algunos lugares los hayan visto de formas muy distintas, versión femenina incluida. Y es que la realidad nuestra es muy distinta de la de todos los que nos acompañan sobre esta capa de vida que cubre la tierra. Ellos sólo tienen una, realizar bien aquello para lo que están programados.

Lib


Nosotros hacemos lo que nos viene en gana. Ponemos o sacamos reyes, magas, papás noel, y lo que haga falta para mantener ese vínculo de unión, transparente como el agua o el aire que nos da soporte a fin de que desarrollemos nuestra doble articulación, esa capacidad original. Los animales se comunican por sonidos orales o cantos laríngeos, nosotros aprendimos a construir un lenguaje abstracto con sonidos laríngeos combinados con modulaciones orales. Ellos utilizan palancas y nosotros diseñamos máquinas que hacen máquinas. Ellos procrean y  nosotros hacemos el amor. Sus crías vienen a un mundo que siempre es el mismo, las nuestras vienen a uno que siempre es distinto. La nuestra es una realidad particular, una realidad que nos empuja a hacer cosas, a crear el tiempo por el pensar y la actividad.

Coronado!!!
La Epifanía es el reconocimiento de ese salto a una realidad construida, no dada. Por eso, celebrarla recordando el tiempo de la inocencia es el mayor de los regalos.

martes, diciembre 19, 2017

NADALA 2017






Mi Belén en los años cincuenta



Hem bastit el pessebre en un angle
del menjador, sobre una taula vella,
el pessebre mateix de cada any
amb la mula i el bou i l'Infant
i els tres Reis i l'estrella.
Hem obert innombrables camins,
tots d'adreça a la Cova,
amb correus de vells pelegrins
–tots nosaltres– atents a l'auster caminar de la prova.
I en la nit del misteri hem cantat
les antiguas cançons
de la mula i el bou i l'Infant i els tres Reis i l'estrella.
I oferíem la nit amb els ulls i les mans.
I cantàvem molt baix, amb vergonya potser de saber-nos
germans
de l'Infant i de tots en la nit de la gran meravella.


Paraules al vent
Miquel Martí i Pol (1951-1953)



Miquel Martí i Pol, con su profundidad poética, nos acompañó a Mariona y a mí durante veinticuatro años. Este año, que ella ya no está, los he recordado con cariño.

El sol no se puso. Éramos nosotros que girábamos y girábamos y hacíamos nacer el día, la noche y el tiempo.



viernes, diciembre 01, 2017

El tono



Objetos, reflejos y sombras 
en nuestra primera casa
Mariona in memoriam

Es el tono la profundidad poética que se consigue tras liberar –no sin esfuerzo– las cargas cotidianas y las angustias por el sobrevivir. Es aquella sensación surgida cuando se afronta el blanco, ese que rebosa de vacío y ciega; es aquella alucinación ante lo no acontecido y, también, es el estremecimiento cuando el tiempo, bajo cualquier excusa, se va y no vuelve. Entonces sólo queda él, el tono, nada más, un silencio reposado sobre una sola nota resonante, continua e invariable.

Después, los que habrán sobrevivido, en aquél momento, y sólo en él, podrán y deberán realizar una interpretación; una interpretación sujeta a la subjetividad del instante y que, cuánto más poética y más ensoñada sea, sabrá discernir mejor aquello que hubo de real una vez trascendidas las palabras y los hechos del pasado.

Mi dibujo sobre papel de arroz con tinta china que hice para Mariona, 1978


He añadido tres imágenes de hace casi cuarenta años que han permanecido reposando en mí. Objetos, sombras, reflejos, líneas entrecruzadas en busca de algún significado y una mirada azabache e hiriente. Un tono que viene de lejos, que resuena remoto y, por ser tan alejado y recobrado, adquiere ahora su mayor dimensión. Claro, una dimensión personal y no decible; tal es esa añorada ausencia de signos y de cualquier sintaxis.


Mirábamos 

Nota: En recuerdo de Mariona. Durante veinticuatro años hicimos el camino juntos y tuvimos dos hijas, Mar y Gina. Ayer, 30 de noviembre, nos dejó frente a un tiempo interrumpido.