martes, junio 05, 2007

Bienvenida Mrs. Mosca

Hoy ha entrado por la ventana de la cocina la primera mosca del verano.
Hoy es un gran día. Todos los que me conocen de antiguo saben de mis “moscas”.
La primera vez que fui consciente del hecho vital de que existiesen moscas, fue un día que mi padre, que era un señor de los de antes, se enfadó porque Dalí había pintado una mosca junto a la imagen de un obispo. Claro que en aquél momento, mi padre no cayó en la cuenta del episodio de las moscas gerundenses, pero en este caso tanto da. Dalí había conseguido su objetivo. No fue hasta muchos años más tarde que mi padre, después de una visita al Museu Dalí de Figueras entrase de lleno en las oníricas ondas dalineanas. La realidad convertida en "sueñilad" o el sueño convertido en "realueño", porque la frontera entre ambos no es precisamente impermeable y cuando “llueve” todo queda mojado.
Las moscas, pues, me han acompañado siempre, y he podido encontrar, a medida que me he ido mojando, múltiples poemas y cuentos, al igual que cuadros y dibujos de tantos otros humanos impresionados por este animal volador.
Y después de tanta lectura y observación, ahora, mis amigas las moscas, están integradas en la proyección de mi vida que monto precisamente para percibirla (y vivirla), como hacemos cada uno de nosotros. Y por eso, cuando las veo al inicio del verano, me alegro y les doy la bienvenida.

Foto: Extraordinaria y bella mosca que el año pasado tuvo a bien posarse sobre una hoja de mi limonero.




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